Las reformas en mi nueva casa nunca terminan. Y es que más la casa es "nueva" para mí, pero en realidad es una vieja casa de principios del siglo XX refaccionada y siempre hay algo para hacer.
Esta vez tuve que arreglar los techos, ya que se filtraba humedad y tenía que pararla porque de lo contrario el techo se me caería encima.
Por suerte, la misma empresa con la que hice los arreglos anteriores se encargó de hacer las reparaciones y lo efectuó de una manera rápida y eficaz. En un fin de semana estuvo todo listo.
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